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martes, 30 de julio de 2013

7.A.- Reunión 2013

 



7.A.- Reunión 2013



 

Octavilla original de la convocatoria,

Recibida por correo. Harto curiosa e intrigante.



Si alguno de los receptores se extraña por lo del "horalio", que sepa que no es ningún lapsus teculae. Según DRAELD (Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua Distraida): 

horalio. (Del latín hora y lius).

1. m. Tiempo durante el cual se realiza una actividad, en este caso: el lío

2. m. Hora preestablecida para comenzar el lío.

 

lío. (Del latín lius). 

1. m. Enredo, confusión.

2. m. Barullo, gresca, desorden.

 

- ¡Ay, Dios mio! ¿Qué estarán pensando organizar estos de la "comisión de festejos"?

- ¡Sí! Y, para mayor desconcierto del personal, van a exigir acreditaciones, tú. Eso debe ser que no quieren que se cuele ninguna persona de reputación dudosa. Bueno... algo es algo.

- ¡Será mejor que alguien prevenga a las fuerzas del orden, por si es caso!

- Sí. Y a algún "ventrinario" también.


Lista de inscritos: 

Vicente, Joaquín, Ismael, Avelino, Etelvino, Luis D., Combarros, Ferrer, Victorino, P. Martínez, Matilla, Celedonio, J. Antonio, Natal, Neira, Herminio, A. Pérez, Mayo, Elio, Víctor R., San Martín, Torío, Alfayate, Víctor V., Villalibre.  Y don Gregorio.

 

La Virgen Inmaculada. Seminario de Astorga (fachada) (Herminio)

Hora de cita en la Plaza del Seminario: 12,00. 

Tertulia ambulante por el interior del Seminario para recordarnos a nosotros mismos. 

Haciendo tiempo para saludarnos y esperar a algunos compañeros que vienen de más lejos.

  

Santa Misa: 13,00

Almuerzo compartido (sobre las 14, 30):

 

Según la carta que nos han enviado los organizadores: 

  • La reunión acordada tendrá lugar el sábado, 3 de Agosto, en Astorga. 
  • La hora de inicio se fija para las 12:00h en el Seminario.
  • Celebraremos, en primer lugar, la Santa Misa, con una oración especial por los profesores y compañeros ya fallecidos.
  • Después gozaremos de la parte festiva con un almuerzo compartido en el restaurante Vía de la Plata, situado en el antiguo colegio de los PP Redentoristas, detrás del Ayuntamiento (Plaza de España o de Los Maragatos). 

 

Crónica de la fiesta.

 Comenzó, como estaba previsto, a las 12 horas en el reloj de los Maragatos. La gente fue muy puntual, salvo los que no llegaron nunca, a pesar de que se les esperaba con mucha impaciencia. ¡Otra vez será! Allí estaban: Alfayate, Victor V, San Martín, Aguirre, Barrientos, Avelino, Dieguez, Ferrer, Mayo, Vicente, Victor R, Ismael, Ángel, José Antonio, Villalibre, Victorino, Elio, Pedro M. y Herminio.  

 

Nos saludamos con unos abrazos muy apretados, tanto como las ganas que teníamos de vernos, y empezó el previsible alboroto de los diálogos más efusivos y atropellados: qué canoso estás, y tú qué calvo, y tú qué viejo, y tú qué barrigón y tú peor…, que se fueron sosegando, a Dios gracias, paulatinamente. 

A la hora de entrar a la capilla para celebrar la misa, ya todos estábamos más calmados, salvo los oficiantes, Mayo y Elio, que sí delataban ciertos nervios. El único oficiante que mostró temple y valor fue el reverendo Vicente, como queda patente en la foto que sigue.


 

La ceremonia fue a la vez sencilla por la proximidad y solemne por el respeto, casi excesivo, que el buenazo de Mayo intentó mitigar con un montonazo de sonrisas y otros gestos cariñosos. Para los sordos y ausentes, incluimos el borrador del sermón en la Antología P.Mayo. 

¡Querido Mayo, así conviertes a cualquiera. No decaigas! Y no te preocupes porque pareciera que estos no se atrevían a cantar, que yo te aseguro que allá, en el fondo de sus almas, cantaban igual que los aviyines, pero sucede que son un poquito tímidos o atolondraos, o lo que sea que son. Bastante tenían con aguantar las llantinas… Aunque, al final, algo de eso asomó también en los más blandengues, que los hay. Y ya viste cómo te hicimos caso a la hora de darnos la paz: ¡Esos sí que fueron abrazos! 

Ah, y rezamos con todo el cariño por los que nos faltan de forma más permanente. 

 

Para entonces ya había llegado Neira con olor a miel de brezo y sin aguijonazos de sus abejas. Como penalización por su falta de puntualidad, el concejo de senadores lo condenó a pagar una pena de veinte libras de cera, cinco cántaros de vino y un panalín de miel para cada uno de los asistentes, que deberá hacer efectivos con ocasión de la próxima fiesta. Los 5 cántaros de vino son para todos, no cinco para cada uno, que luego os da el delirium tremens y hay que llevaros a la cama. 

Al final de la ceremonia llegó don Gregorio, dispuesto, como siempre, a hacer lo que fuera menester para poner un broche final de oro con sus décimas “A Maria Inmaculada”. Pero hete aquí que surgió una bendita porfía en la tarea: aconteció que Elio no pudo resistir el impulso místico de su osado corazón e impuso, con acierto, su protagonismo en tal contienda. Aunque yo creo que ganó por la rapidez de su sprint y por la sorpresa del oponente, que, si no… Por desgracia su victoria hizo que nos quedáramos sin saber cómo podría sonar aquella oración magistral, compendio de teología, devoción y amor filial, en la voz de su propio autor. Primera falta, aunque leve, de atención al Maestro. ¡Y que no iba a ser la última!

 

A María Inmaculada

Gregorio Rodríguez Fernández 

1.   ¡Salve, Madre Inmaculada,
purísimo relicario,
cuna de Dios y sagrario,
mujer bienaventurada!
Dios, que creó de la nada
un mundo feliz y hermoso,
sin dar al pincel reposo
dio formas a lo creado.
Quiso hacerte sin pecado
en su designio amoroso.
 
2.   Porque tu presencia ardía
en la luz de otra presencia,
y en cosecha y en herencia
floreció la profecía...;
porque en tu ademán, María,
resonaba otra verdad,
y en la antigua soledad
del hombre se abrió una estela,
por ti el alma vuela y vuela
buscando la claridad. 

3.   En ti se remansa el vuelo
del deseo dolorido,
en ti ha puesto Dios su nido,
sueña la tierra y el cielo,
ya es consuelo el desconsuelo,
la muerte, resurrección.
Y pues curas la erosión
de la vida y su tarea,
no nos falte en la pelea
tu maternal protección.
 
4.   Una oración te elevamos,
Virgen de nuestros amores,
por alumnos, profesores,
que, muertos, los recordamos.
Ruega a Jesús, suplicamos,
Aurora de Sol divino,
que, a imagen del peregrino,
ellos, tras años de andar,
puedan en paz descansar, 
terminado su camino. 


Allí brotó entonces un conmovido aplauso. ¿A quién iba dirigido: al intérprete, al poema, al autor, o a Nuestra María Inmaculada? ¡Esta claro, muy claro! 

Y ya, inmediatamente, se produjo el reencuentro colectivo e individual con Don Gregorio, que él personalizó a su manera, seguido de la salida hacia el lugar del almuerzo. 

El cocido resultó muy apetecible en su orden maragato: primero la ración, contundente; luego los garbanzos, sabrosos; y, al final, la sopa de fideos, saladita que no graciosa. 

Con un postrecito, un cafelito y un chupito… llegó el momento del brindis; pero… ¡ay otra vez!. Por las prisas del acelerado de siempre, que andaba repartiendo a cada uno de los asistentes el regalo de don Gregorio (La Inmaculada En La Poesía Española), nos olvidamos del brindis, otra vez en décimas, del Maestro. Segunda falta y mucho más grave esta vez; porque no brindó nadie. Si es que ya os he dicho mil veces que hay que hacer un programa detallado y respetarlo escrupulosamente. Pero, nada, vosotros, a lo vuestro: recuerdos a esgaya, risas a carcajada limpia, filosofía barata, política de andar por casa e improvisación permanente. ¡Que me tenéis de los nervios! 


Brindis

Gregorio Rodríguez Fernández  

   

1.   Siguen girando en su noria
el pensamiento y la vida.
Se alejan -rápida huida-
los años de nuestra historia,
días de feliz memoria
que trae el tiempo vencido.
Hoy nos hemos reunido
viejos niños, hechos hombres,
de la adolescencia nombres
que no ha borrado el olvido.

 

 

   

2.   Pasa el tiempo, pero dura
el recuerdo. Haya esperanza
para esta "nave que avanza"
y esta "ave que busca altura"
y habrá una herencia, segura
desde ya lejana edad,
y una solidaridad
que a ninguno hará el vacío.
Por eso, alzad con el mío
vuestros vasos y brindad.



Claro, así pasó que nadie se acordó para nada del romance propuesto para final de la tertulia. Y esta fue la tercera falta, gravísima para con el Maestro. ¡Que sodes igual que Pedro en ca Caifás; y sin gallo que vos alvise…Maldita sea! Nada, don Gregorio, que no le queda más remedio que apuntarse a la próxima. 

 

Recuerdos de un exalumno

del Seminario Menor de La Bañeza

Propuesta para la tertulia de Gregorio Rodríguez Fernández
 

   El año sesenta y uno,
que se queda un poco lejos,
ingresé en el Seminario
de La Bañeza, de estreno. 
   ¡Seminario! Qué palabra
para arrullarla en secreto,
para sonreír, de pronto,
al pronunciarla en silencio. 
   Suena, en principio, a estudiantes,
muchos venidos de pueblos,
a pedirle a Dios la luz
de llegar a conocerlo. 
   Suena también a rumor,
a patio florido de ecos,
a canción de quienes van
juntos el camino haciendo. 
   Suena a romance infantil,
a transparencia y a verso,
a nido donde se empieza
a ensayar futuros vuelos. 
   Sabe a nostalgia, a ternura,
a candor, a pozo nuevo
que da un agua milagrosa
al corazón polvoriento. 
   Aquel Seminario blanco,
treinta y cuatro años abierto,
cerró sus puertas al ritmo
de los signos de los tiempos. 

 

   En él felizmente tuve
amigos que aún conservo,
a las normas me entregué,
quise obrar de modo recto. 
   Dejé trozos de mi vida
entre clases y cuadernos,
exámenes, ratos libres,
misas, rosarios y juegos. 
   A las notas oficiales,
fruto de mi diario esfuerzo,
supe añadir estas otras,
según mi propio criterio: 
   Aprobado en alegría,
en fútbol, tal vez, suspenso,
notable en las esperanzas
y sobresaliente en sueños. 
   A profesores y alumnos
que viven les guardo aprecio,
a los que ya han fallecido
con pena en falta les echo. 
   Tres de agosto, dos mil trece,
en Astorga es este encuentro,
donde comparto vivencias
con antiguos compañeros. 
   ¡Al Seminario de entonces
desde la distancia he vuelto,
a repasar, como un libro,
inolvidables recuerdos! 

  

Luego hubo un regalito para cada uno de los colaboradores de Telemarañas y, como el editor es tonto de capirote y se lo cree todo, repartió unos cuantos a cambio de la promesa de futuras colaboraciones, fiándose de testigos… ¡El timo de la estampita, vamos, que lo digo yo! 

Menos mal que José Antonio, Ángel y Mayo consiguieron ordenar un poco el debate final para acordar que la próxima cita, Dios mediante, tendrá lugar el jueves, 6 de Agosto de 2015, si se comprometen a acudir nuestros compañeros párrocos; o el sábado, 8 de Agosto de 2015, si no se comprometen a acudir. 

Vuelta a los abrazos y emociones: ¡no me faltes a la próxima!

“... A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero…” ¡que no me faltes a la próxima!

Y cada pardal a su espigal.

¿Sabéis lo que os digo?: que esta no es una crónica seria ni nada que se le parezca. Así que lo dejo ahí y ya podéis imaginar el resto.

Desde Astorga les informó El Arañón.

 

P. D.

- ¡Vaya un periodista de tres al cuarto que nos dio Dios por compañero!

- ¡Dígotelo yo: gente ruin! Pa mi qu’este ni está titulao ni na… vamos: qu’es un pirata.

- ¡Eso de todas, todas! Y los buenos no vienen, no acuden, así que no pueden informarnos.

- ¡Al final puede ser que… vaya usté a saber… lo que pasó allí!


Nota sobre los tres poemas ("A María Inmaculada", "Brindis" y "Recuerdos de un exalumno"):

Los tres poemas fueron compuestos ad hoc, fruto de una larga colaboración de varios de los organizadores con el autor firmante, a base de propuestas, discusiones y correcciones. Como tales, quedaron declarados de titularidad colectiva para libre disposición del grupo de "Amigos - alumnos - del 59".