A.- Antología corporativa, del grupo del 59.
Contenidos literarios. No sólo líricos, épicos, retóricos... También jocosos.
¡Ay, qué dolor siente el perro,
cuando le cortan el rabo!
El mismo que siente el rabo,
cuando le cortan el perro.
¡Un, dos, tres... setenta y tres!
(Nuestro himno de 2º curso. En Astorga)
&&&&&&&&& Sintonía &&&&&&&
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Comienzos de literatura (4ºcurso en La Bañeza)
Coplas por la muerte de su padre
Jorge Manrique
Recuerde el alma dormida,
avive el sesso e despierte
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiera tiempo passado
fue mejor.
...
Assí, con tal entender,
todos sentidos humanos
conservados,
cercado de su mujer
e de sus fijos e hermanos
e criados,
dio el alma a quien ge la dio,
el cual la ponga en el cielo
en su gloria,
que, aunque la vida perdió,
dexónos harto consuelo
su memoria.
Juan Ramón Jiménez
Estaba echado yo en la tierra enfrente
del infinito campo de Castilla,
que el otoño envolvía en la amarilla
dulzura de su claro sol poniente.
Lento el arado, paralelamente,
abría el haza oscura y la sencilla
mano abierta dejaba la semilla
en su entraña partida honradamente.
Pensé en arrancarme el corazón y echarlo,
pleno de su sentir alto y profundo,
al ancho surco del terruño tierno,
a ver si con romperlo y con sembrarlo,
la primavera le mostraba al mundo
el árbol puro del amor eterno.
Tiempo después... Y más ahora, a cuento de un "cuento corto" y de los frecuentes eventos que van sucediendo.
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Olmo llorón (uelmo) G. Bochenek |
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Poemas que antaño no fueron leídos, sino declamados con cantilena, y nos dejaron a todos alelados.
Canción del Niño Jesús
Gerardo Diego
Si la palmera pudiera
volverse tan niña, niña,
como cuando era una niña
con cintura de pulsera.
Para que el Niño la viera...
- Si la palmera tuviera
las patas del borriquillo,
las alas de Gabrielillo.
Para cuando el Niño quiera
correr, volar a su vera...
- Que no, que correr no quiere el Niño,
que lo que quiere es dormirse
y es, capullito, cerrarse
para soñar con su madre.
Y lo sabe la palmera.
- Si la palmera supiera
que sus palmas algún día...
- Si la palmera supiera
por qué la Virgen María
la mira...
Si ella tuviera...
- Si la palmera pudiera...
- La palmera...
Canción de invierno
Juan Ramón Jiménez
Cantan. Cantan.
¿Dónde cantan los pájaros que cantan?
Ha llovido. Aún las ramas
están sin hojas nuevas. Cantan. Cantan
los pájaros. ¿En dónde cantan
los pájaros que cantan?
No tengo pájaros en jaulas.
No hay niños que los vendan. Cantan.
El valle está muy lejos. Nada...
Yo no sé dónde cantan
los pájaros - cantan, cantan -
los pájaros que cantan.
Juan Ramón Jiménez
Y yo me iré y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto con su verde árbol
y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será azul y plácido
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron
y el pueblo se hará nuevo cada año,
y en el rincón de aquel mi huerto florido y encalado
mi espíritu errará, nostálgico.
Y yo me iré y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.
Elegía
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería.)
Miguel Hernández
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
...
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
El árbol - Rafael Alberti
El árbol tiene memoria,
que le anda lejos y cerca.
¿Qué recuerda?
Recuerda cómo a sus aires
se acordaban voces frescas.
¿Qué recuerda?
Recuerda que las perdió
cuando era triste perderlas.