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lunes, 21 de enero de 2013

4.- Vida de la revista

  


4.1.- El ratonín (Telemarañas) sobrevive, de momento... con un mes de vida. (Digo yo que habrá que bautizarlo).

Otra plática de los cascarrabias, hoy a la sombra de una “alcacia”, que ya notan la galbana.  


 

La copia no es muy buena, pero vale para ver las poses. ¡Y no se partían de risa!

 

- A ver, tú, que yo, y otros muchos, como yo, tenemos algunas dudas. A ver si nos las aclaras algo.

- Vengan, pues, esas dudas.

- Va una primera e importante: Dicen por ahí… que si no hemos arrancado con demasiadas ínfulas para la revista… Ya sabes, recordando a Sancho y sus ínfulas.

- Lo primero: las que le prometía Don Quijote a Sancho eran “ínsulas”, no ínfulas, que tú chocheas ya mucho. Lo segundo: a mí también me han prevenido de eso. Y no. No hay tal. Tendremos que aclarar que las aspiraciones de esta revista no van más allá de ser un simple juguete para críos de más de sesenta años que se aburren un poquito. Nada de competencia para revistas o diarios digitales u otros inventos. ¡Ni mucho menos! Habrá que repetirlo: un juguete y que, a lo peor, se queda en nada o no dura más que tres meses. Y que tampoco pasaría nada, si al final se quedara en nada. ¿Queda claro así?

- Sí, claro, claro. Pues voy con la siguiente y no te me ofendas, geniudo: el título ese de Telemarañas será muy semántico, muy semántico, todo lo semántico que tú quieras; pero… sigue resultando algo confuso y extraño, más o menos como tú.

- Ah, ¿si? ¡Mira estos, oye…!

- Pues sí.

- ¡Ya! Pues resulta que también nos está dando algún problema que otro en Internet, por lo de la “Ñ”; así que ya he empezado a pensar en cambiarlo.

- ¡Anda! ¿Y cuál sería el título nuevo?

- Podría ser uno que ya había barajado a la vez que el actual: Telemarras.

- ¡Anda, mira, hombre: te-le-ma-rras, otra palabra nueva para un título igual de claro! ¡Casi tan claro como Telemarañas, oye! Y seguro que también es muy semántico. A ver, explícate un poquitín…

- Voy a ello: “marras”, antaño, lo de antes, el tiempo pasado, tiempo perfecto o pluscuamperfecto. O no tan “plusquam”; sólo indefinido…

- ¡Para, para, para ahí, hombre… Para el carro, para, para un poco!

- Y, por si quieres más: “marra” es algo que falta en su sitio, que se le echa de menos; y también la planta que no prende, que no arraiga o que se seca en una plantación. ¿Lo pillas, o no?

- ¡Sí que lo pillo, sí! ¡Ya me barruntaba yo algo así! ¿Y nada más?

- ¿Quieres más? Pues mira: las plantas o plantones pueden salir de renuevos, retoños, esquejes o semillas de la planta madre. De los árboles no sólo caen las “hojas del árbol caídas, juguetes del viento…”, caen también frutos y otras cosas que luego se multiplican, ¿sabes?

- ¡Ya, ya, ya… ya yo… yo ya…! ¿Y qué pasa con las marras, que se mueren y nada más? ¿A la lumbre con ellas?

- ¡Ahí m’ has pillao, rapaz! No, eso no me gusta.

- ¡Ni a mí tampoco!

- Pues, a otra cosa entonces.

- Sí, a ver, lo de el estrambote. ¿El estrambote inicial a qué viene? ¡Que, conociéndote, estoy por apostar que también tiene su intríngulis…!

- Pues… sí que lo tiene, sí: “estrambote” son versos sueltos al final de una estrofa. Al final, el final, después de…, sueltos… ¿Vale?

- ¿Eh??? ¿Y la estrofa?

- La estrofa es lo que tenemos que poner ahora. Ahora, para rematar… pero que se refiere a lo de antes, al precedente, o sea que debería estar al principio, delante en orden de importancia. Y eso sí, la estrofa debe tener estructura, ritmo, métrica y rima. La rima, si es posible, consonante, no discordante, bien entonada y al unísono…

- ¡Madre mía, mía madre, cómo están esas cabezas... en qué laberintos se meten!

- Sí, es verdad, lo reconozco. ¡A ver si, con suerte, llegamos a alguna parte!

- Oye, mira, otra cuestión, esta de encargo: La musiquilla está bien, muy bien incluso. Nos suena y hasta emociona a veces. Y casi todas las sintonías son “de las de marras”. Pero… la de “ya se murió el burro”, justo antes de hablar de árboles que van caer y de personas “caídas”… ¿qué quieres que te diga? A mí, así, de pronto... Pe que no m’ abulta…

- ¡Ya! ¡No! A mí tampoco m’ abulta. Esa va a haber que cambiarla.

- Pues, anda, a ver si te vas aclarando y dejas de confundirnos a todos los demás.

- ¡Oye, que yo ya estoy aclarao!

- ¿Estás aclarao o estás acalorao? Más bien un pelín chalao es lo que estás tú.

- ¡Ya estamos! ¿Sabes lo que te digo? ¡Que me voy, soso, qu’ eres un soso! Ahora te vas a tomar el vino con Tigomismo! Así no te va a quedar más remedio que pagar tu la ronda. ¡Ahí te quedas! 

- ¡Bueno, bueno… cómo se ha puesto por un quitamallá, como si lo hubiera picao la mosca! ¡Anda p’ allá, hombre, anda p’ allá!  ♫    ♪  “Con un poco de azúcar esa píldora na na, la píldora na na…     Pasará mejor    ...  ¡¡¡Y olé!!!

 

Telemarañas, a 21 de junio de 2013




4.2.- El ratonín sobrevive, ... con siete mesines de vida. (Habrá que celebrarlo ¿no?)

Tertulia de los cascarrabias al amor de la lumbre y al olor de las castañas asadas y del hidromiel. 



2 de Junio de 1964. 5º curso en La Bañeza. ¿Os conocéis?

- ¡Eh, muchachos, amigos, que habéis entendido mal! Sí que podemos y debemos celebrar el cumplemeses del Ratonín, pero sin tanto bombo, que luego se les suben los humos, empiezan a tirar el moco como los pavos, y no hay quien lo atrope.

- Kjum, kjum, khjum...

- Ah, perdón... ¡Que el arco de triunfo no es en honor del Ratonín! ¡Esta vanidad nos pone siempre en ridículo!

  

  • Pues, lo dicho: feliz cumplemeses!
  • ¡Y que cumpla muchos más!
  • Eso, sí. ¡Ya está bien de amenazar con cerrar la edición!
  • Y pregunto yo, ¿ha merecido la pena todo este esfuerzo?
  • A ver. Lo primero, el esfuerzo no ha sido tanto. Además, sarna con gusto no pica y, en este caso, en lugar de picar nos ha hecho cosquillas, algunas muy, muy agradables.
  • Ah, bueno. Entonces a seguir indefinidamente, digo yo.
  • Pues, sí. Indefinidamente, que quiere decir hasta que se agoten las aportaciones o colaboraciones desinteresadas, que es de lo que vive el ratonín.
  • ¿Por qué no dejas ya de llamarle ratonín? Parece que desmereces lo que representa.
  • No. ¡En absoluto! No es menosprecio, es cariño, mimo si se quiere.
  • Puede ser, pero, a veces puede parecer que no tiene valor ninguno, como si fuera una minucia... y, cuando nació, tenía unos propósitos más bien elevados, importantes. Propósitos que, por cierto, nadie dice si se están cumpliendo.
  • Ah! Eso sí. Los propósitos se están cumpliendo y superando. Nació para conformar un obsequio de categoría, que iba a ser de todos, para agradecer lo que habíamos recibido.
  • Y eso, ¿dónde está dicho? Eso no se ha dicho hasta ahora así de claro.
  • Ajá! Puede ser cierto, aunque en la Cabecera se quiso decir. Tal vez no se supo decir bastante claro. Ahora que, si no se había dicho, ahora ya está dicho, y lo vamos a repetir: Éste es un obsequio para agradecer todo lo que recibimos. Y más: es un obsequio que no se puede comprar, que lo vamos haciendo poco a poco, con todo el esmero. Otra cosa es que su valor final se vea limitado por nuestra capacidad. Eso, tal vez, es irremediable a pesar de nuestra voluntad.
  • Pues... Valoremos lo hecho: ¿Que nota merece?
  • Eh, déjate de notas y calificaciones! Baste decir que lo subrayamos de azul y lo adornamos de estrellas rojas. ¿Estáis todos de acuerdo?
  • Yo, sí.
  • Y yo.
  • Y yo también. Sobre todo con el Especial de Navidad. ¿Y tú?
  • Yo me abstengo. Pero, ya me véis la cara, y a buen entendedor...
  • ¿Y qué me decís de algún colaborador que ha aparecido, como caído del cielo?
  • Pero ¿qué dices tú de colaborador, no recuerdas aquello de "mentor, alguien con autoritas, que no potestas"? Pues eso es lo que hay, nada inesperado dada la predisposición del "mentado". ¡Ese sí que es obsequio!
  • A mí, además me están sorprendiendo todas las colaboraciones, no sólo por su valor emotivo, sino también por su forma y modo. ¡Tanto miedo como teníais algunos, que no dudabais en implantar la censura previa...!
  • Bueno, ahí tengo yo que confesarme. Al principio aplicamos la censura, más por precaución que por razones objetivas; pero, hoy en día, ya nadie ni nada es objeto de censura en esta revista y pienso que, gracias a todos, todo lo publicado es asumible colectivamente. Por tanto, que nadie deje de mandar una aportación por miedo a la censura.
  • ¿Y cómo se ve el futuro? ¿Se alcanza a ver hasta muy lejos?
  • ¡El futuro... Qui lo sa?. Miremos hacia el mañana y, del pasado mañana, Dios dirá.
  • Vale, pues qué hay del mañana?
  • El mañana va a tener una pausa, o un tiempo de ritmo más lento, pero ya se anuncian algunas aportaciones interesantes. A ver cuándo llegan!
  • Otro asunto: se había acordado que nuestra web no trascendiera demasiado, y, sin embargo, parece ser que ya los navegadores han cargado los títulos de algunas páginas y algunas fotos. ¿No es posible evitarlo?
  • De momento, no es excesivo lo que anda flotando en la marea de los navegadores: alguna fotografía y alguna página de las más visitadas. Ciertamente no vemos la forma de impedirlo, aunque seguiremos tratando de limitarlo; pero tampoco parece una publicidad negativa ni una vulneración grave de la intimidad.
  • Otra cuestión, hablando de visitas: ¿Podemos valorar ya el éxito de la revista?
  • Sí que lo podemos valorar ya: Hay quien dice que "nadie sabe que existe". También hay quien dice que más de mil visitas en medio año es un gran éxito. Pues, como siempre, la realidad es la que es: tenemos una decena de meritísimos colaboradores que están en la honda, una veintena de lectores habituales y algunos otros ocasionales, todos ellos de los nuestros. Además hay otro número indeterminado e insignificante de visitantes que no son "de los nuestros".
  • Y esos que no son de los nuestros, ¿no perturban el ambiente?
  • Pues no, hasta la fecha tan sólo hemos tenido dos mensajes desagradables y otros cuatro o cinco graciosillos, que hemos eliminado y," si te he visto, no me acuerdo".
  • Ah, sí: lo del libro de mensajes. Eso no tiene vida, verdad?
  • Cierto. No parece que nadie se acuerde  de él. Tampoco pasa nada...
  • Y Radio Galena... parece que tampoco está muy activa.
  • Tampoco. O no hay redactores ni locutores o, si queda alguno, se acuesta muy pronto y se levanta muy tarde.
  • Algo importante: ¿Echáis de menos a algún colaborador esperado?
  • Sí. ¡A más de uno! ¡Y mucho!
  • Y ¿váis a hacer algo por repescarlos?
  • ¡Por supuesto que haremos todo lo que esté en nuestras manos!
  • ...
  • ¿Algo más?
  • No. Nada más por esta vez.
  • ¡Pues hasta el cumpleaños!
  • ¡Con Dios!
  •   

Telemarañas, a 28 de Diciembre de 2013, (día de los Santos Inocentes)

 




4.3.- Carta de un Cascarrabias


 

Queridos colaboradores y lectores de nuestra querida revista Telemarañas:

Hay días que están excepcionalmente prefabricados para que podamos reflexionar, para poder meditar y “espurrir” el espíritu, anquilosado en las “cotidianeces” de nuestra ya canosa vida. Y precisamente esos momentos debemos aprovecharlos para hacer cosas que no hacemos cada día, ni siquiera cada semana, pero sí de vez en cuando.

Estos días me apetecía repasar toda la “Radio Galena Telemarañas”. Podéis creer que me la he “pulido” toda. Y he sido feliz y me he pasado muy buenos ratos como acompañado de todos vosotros, de todos los que habéis colaborado y que seguiréis colaborando para llenar el cesto con los frutos de este huerto que, poco a poco, va creciendo y que todos esperamos lo siga haciendo para el disfrute de esta quinta del 59.

Observo con enorme placer que aquel continuar con el “¿quieres que te cuente un cuento que nunca se acaba?”, sigue en muy buen estado.

Y para agradeceros el haber disfrutado tanto releyendo cada escrito, quiero presentar mi homenaje individual a todos vosotros:

 D.Gregorio: compositor especializado en versos para rezar. Por la forma de mostrarnos la Semana Santa de la Bañeza y sus orígenes, hurga en nuestro interior y hace que hormigueen los deseos de volver a visitar la ciudad. Y ¿cómo se desarrolla la Navidad y festividad de Reyes en Aliste? Debéis leerlo todo, pues nos cuenta cosas que sólo sus vecinos conocen. ¡Bien por D. Gregorio, que además saca tiempo de su tiempo y nos acompaña en nuestras reuniones!

Belarmino: con tu humor, más o menos original, pero muy adecuado a cada momento y perfectamente contado, es la pimienta de cualquier revista que se precie de ser completa. Además casi te obliga a buscarlo para poder comprobar cómo ajusta su humor a cada situación actual. No es mejor humorista el que inventa sino el que mejor sabe contarlo. Y tú sabes escribirlo, que aún es más difícil. ¡Ánimo! y sigue haciéndonos reír un rato.

Elio: Quizás, sin querer, has puesto una luz en el camino. Ahora deja que los demás enciendan cada uno su lámpara.

Herminio: Tú eres el hortelano que ha alquilado el huerto, lo has adecuado para la plantación, la tierra es fértil y está dispuesta. Ya se han plantado variedad de flores y árboles que empiezan a dar buenos frutos. El jardín ya empieza a lucir y se ve bonito y variado.

No obstante, hecho de menos el canal que llevó el agua a este huerto. Hecho a faltar la parte de la viña ya en producción y a aquellos pioneros que aprovecharon su momento para cosechar el buen vino del 59 (como dice J.J. Feliz) y poder catarlo entre todos en estas reuniones que han sido como la concepción que ha dado paso a este medio. Me refiero a los inicios de las convocatorias de reuniones, me refiero a Celedonio, José Antonio, Ángel Pérez, Victorino, etc.

Tú, no obstante, Herminio, sigue dirigiendo el tráfico de informaciones y no te importe permitir una frecuencia más amplia en el disco verde para que, en algún caso, se puedan plasmar ideas que, aunque no correspondan propiamente al ideario de la revista, sí son una forma de expresar cada cual algo que lleva dentro y que quiere que todos conozcamos.

IAlmanzaR: Sólo te hemos visto la puntita del pie. ¿Ya te has cansado de decirnos algo interesante? Sabes hacerlo bien y tienes ganas de contarlo. ¿Por qué no lo sigues haciendo? Venga, hombre, ¡¡queremos conocer lo que dices. Si es posible, que no sea de política!!

JJFeliz: Nos enorgullecemos de tenerte entre nosotros. Con tu experiencia, tus críticas atinadas y tu buen hacer, casi siempre en clave de humor, puedes ser el guía que nos ayude a que cada uno ponga un poco más de su parte para una total colaboración. Es una gozada leerte, quizás entre nosotros se te ve demasiado profesional, pero sigue así.

L.Dieguez: ¿Qué puedo decir de tus relatos, frescos y descriptivos? Escribe más y haznos partícipes de tu memoria prodigiosa, recordándonos hechos que a otros ya se nos habían escapado de nuestra frágil memoria. Si quieres, puedes seguir haciendo literatura, pero yo te prefiero simplemente contando cosas.

Natal: Te estuvimos esperando y, al fin, te decidiste. Queremos que nos digas más cosas. Nos gusta que nos enseñes tu Cepeda, pero también puedes enseñarnos alguna otra cosa que haga referencia a tu paso por el Seminario. Anécdotas que quizás sólo tú nos sepas contar. Creo que nos lo debes, y lo esperamos.

P.Mayo: Empezamos con recopilación, pero ahora te has decidido a mostrarnos, ya en tu casi-jubilación, cuáles son tus pensamientos y puedes comenzar a hablarnos de tus viajes y visitas enseñándonos cosas y al mismo tiempo dejando caer pinceladas de tu buen hacer en el mundo.

VictorR: No conocía yo la faceta de tu expresión en verso y tu gran facilidad para escribir poesía. Bueno, más que poesía es una manifestación versificada de tu gran capacidad de pensar y razonar. Sigue así, pero no dejes de continuar describiéndonos tu tierra natal que tiene mucho que ver y de la que habría que escribir muchas cosas siempre sintiéndose orgulloso de pertenecer a ella. Sigue también contándonos tus anécdotas en lo referente a tu paso por el Seminario. Tu comentario sobre nuestro querido profesor D. Gregorio me ha gustado mucho. Gracias, además, por pensar en los que sufrimos cada día.


Sólo he nombrado a los que ya han escrito alguna cosa. Pero no puedo dejar de animar a otros que voy a ir señalando, no para hacerles reproche alguno, pues todos ellos han sido y siguen siendo alma, corazón y vida de nuestros reencuentros. No obstante, creo que les falta un empujón para que plasmen en un papel y nos cuenten de una vez, todas las horas y malos ratos que han pasado para poder conseguir que todo esto se iniciase así como los malos tragos que pudieran haber soportado y también los buenos. Me refiero a José Antonio, Ángel, Celedonio... por qué estáis callados y no sacáis a la luz del día vuestra gran dedicación y así poner en solfa con música y letra a tanta gente indecisa? Y Victorino, que siempre desde la sombra y con una efectividad 100% sigue colaborando y, siempre que puede, apoyando todo lo que haga falta amén de su inestimable ayuda para la cuestión del menú de cada reunión…¡Aquí os quiero ver! Sé que lo sabéis hacer y muy bien. A qué esperáis? (¡¡Sin ánimo de ofender!!)

Y para terminar, me quiero dirigir expresamente a los sacerdotes que no han asistido a las reuniones, supongo que porque sus deberes en días-sábados o su salud no se lo permiten. No les voy a pedir que vengan, que también, pero sí que nos cuenten sus inquietudes y sus problemillas o problemones de parroquia y ¿porqué no? su forma de vivir, que siempre pueden ser de mucho provecho para cualquiera.

A todos los demás (VictorV, PedroM, PedroN, Alfayate, Villalibre, etc. etc.) y a los que no menciono pero de los que me acuerdo, os quiero decir que, si no puedo conversar con vosotros, sí me agradaría poder leer lo que tengáis que decir.

 Un abrazo para todos por todo lo que hacéis y enseñáis.

 


 


4.4.- El retorno de El Cascarrabias.


 

- ¿Alguien ha frotado la lámpara de El Cascarrabias? 

¡¡Aaaaleee        hooop¡¡ 

Aquí está el duende cascarrabias que, después de haberse echado un sueño muy reparador de más de medio año, vuelve a pisar la tierra, traspasa la frontera desde la ficción hasta la realidad, saliendo de su lámpara ante el más mínimo roce literario que araña su vestimenta externa de mortal.

 - ¡¡¡Ten cuidado con lo que puedes despertar!!!

 Y es que el genio de la lámpara puede estar disponible para cualquier cosa: lo mismo arregla una cremallera que repara un desconchado, pero lo que es de absoluta seguridad es que, si lo frotas, aparece inmediatamente para concederte tus tres deseos. ¿…?

En este caso los tres buenos deseos son para la revista.

Y ahora vamos a lo esencial.

Tal como escribía en mi primera intervención : “Hay días que están especialmente fabricados para que podamos reflexionar”. Hoy y a pesar de los “términos del habla que también  conoce” nuestro buen sabueso-pesquisa ÁngelP (por cierto, muchas gracias por los elogios totalmente inmerecidos), vuelve a ser otro de esos días en los que también es especialmente favorable el humor y el amor para juntar letras y hablar entre amigos de las cosas cotidianas. Y no porque sea o parezca fácil ni difícil contar cosas, sino porque la mayoría de las veces queremos hacerlo tan magníficamente bien que nos sale algo realmente muy mal expresado. ¡Cuanto más alargamos el tiempo, desmenuzando excesivamente nuestras ideas para que los otros comprendan lo que queremos decir, peor nos explicamos! Ocurre como cuando, después de una gran perorata con un amigo, conocido o cliente, y, viendo la cara que pone de no habernos entendido nada de lo que le hemos intentado decir, tratamos de resumir así: “resumiendo, esto es lo que trato de decirte:”.

Muy bien, pues eso y precisamente eso es lo que tenías que haber dicho y solamente eso y así acabamos antes y todos nos entendemos; no le des más vueltas a la tortilla. Esto es así de simple.

Y para predicar con el ejemplo, aprovecho este inciso para responder a la pregunta 10 del sabueso-pesquisas muy concisamente: “Nadie debería poner fin a la intriga. Opino, queridos míos, que, para bien de todos, nunca debería revelarse el autor de la carta. En primer lugar porque no tiene más importancia que la que tiene, o sea suscitar un interés; y en segundo y último lugar porque dejaría de existir ese regustillo por ser el primero en descubrirlo. No obstante es bien cierto que una intriga que no pueda resolverse, deja de ser tal intriga, y por ello siempre vamos a dejar una pequeña gatera abierta. Así deseo que coste en mi testamento literario”.

 


Hecho el inciso, sigo:

Existen ocasiones muy contadas (excepciones muy notables) en las que, a pesar de conocer el desenlace de la obra, es muy de agradecer la explicación de los detalles más mínimos. Porque comunicarse o querer comunicar algo no es cuestión nada fácil. El hecho de que te entiendan o comprendan no sólo depende de aquello que intentas decir, sino también de las posibles interpretaciones que los demás hagan de lo que tú explicas.

Viene todo esto a cuento de la intervención de nuestro querido Ismael en su descripción de “las peras al cuarto”.

En este caso el escritor actúa simplemente de cronista de lo que rememora (rozando los veinte abriles)...

De verdad esa era la edad?

Quizás la memoria no sea buena pues no se acuerda de quienes eran los acompañantes. No obstante eso no importa, ya que el mueble que ha utilizado para que veamos reflejada en él su historia es un relato muy coherente. Ello le permite recordar mejor los hechos, eliminar lo insustancial y destacar lo que cree más importante.

Utilizar la puerta era impensable”.

Ni lo intentaron, pero queda muy bien y explica porqué. Verdad o no, parece o también da la impresión de que está recordando algo de forma muy… muy rápida para no olvidar, en ese instante de inspiración, detalle alguno.

En ese momento se está mirando a sí mismo, se observa y vuelve a sentir lo que en aquel momento sentía… “no hubo necesidad de echar a suertes”.

Es una gran verdad casi empírica que estos recuerdos todo el mundo los puede rememorar, pero no todo el mundo consigue atraparlos en un papel para manifestarlos a los demás, restaurar todos y cada uno de los detalles maravillosos para componer esa graciosa y bella melodía de un recuerdo.

Admiro cómo sigue describiendo la fórmula de la entrada desde una esquina, al lado derecho de la puerta, y que no había ni un triste hueco. ¡¡Cómo calcula en su recuerdo la altura y cómo busca la solución, poco a poco¡¡ Vuelve a ser un cronista que, cual si fuese un águila desde su inmensa altura, está viendo y viviendo como en un holograma, un hecho del que no quiere se le escape detalle alguno.

¡¡¡Cómo me hace recordar las redacciones que hacíamos en nuestros cursillos de verano en Villafranca del Bierzo, en las que yo mismo escribía así:

 

Colegio de Los PP. Paules (Villafranca del Bierzo)

 

Día 24 de Julio (no figura el año en mis papeles)

Hoy es un día especial.

Son aproximadamente las once de la mañana. Una mañana no como cualquier otra. Ésta no se parecía a ninguna de las de días precedentes. Hoy la ciudad se confunde con los huertos envueltos en la verdura de los prados, los prados se confunden con los caminos, los caminos con los ríos y las paredes y hasta con la gente con la que nos cruzamos. Todo es sencillo y complicado a la vez. Incluso he podido admirar cómo un pequeño remolino amontonaba un poco de basura en una esquina. También resaltaba especialmente el follaje plateado sobre la verdura de los frutales.

 El grupo seguía caminando embelesados todos en el contorno del verde paisaje sin ni siquiera observar cómo el polvo quedaba detrás de nosotros despidiéndonos con cientos de piruetas. Es como si asistiésemos a la muerte de nuestra inconsciencia. Hasta ahora casi lo ignoramos todo, somos inimputables, no somos capaces de culpa alguna; nuestra inocencia es tal hasta que tenemos necesidad de ella. Esa misma inocencia está transformando la realidad que vemos con nuestros ojos en manipulación.  Pero hoy, precisamente, parezco un ser en libertad y puedo llegar a creer que es la única manera de ser. Así de sencillo, simplemente ser. Creo que tal día como hoy he perdido mi inocencia y eso puede llegar a ser muy doloroso. Hoy he aprendido a pensar por mí mismo. A ser libre. ¡¡Gracias, Señor, por haber aprendido a leer!!

Seguíamos subiendo hacia una colina rodeada de viñas frondosas. De cuando en cuando se veía algún racimo un poco ceniciento e incluso algo más pues nos invitaba a saborear esos deliciosos primeros granos de las uvas más expuestas al sol.

Y estábamos arriba. El rebullir de las ramas de las cepas refrescaba el ambiente.

 

Corullón

 

Ahora tocaba bajar la cuesta corriendo mientras unas gotas muy gordas de sudor descendían desde nuestra frente hasta la nariz.

Por el llano corría una brisa fresca y perfumada de olor a naranjo, a limoneros y sobre todo a orégano.

Allá abajo se alzan las ruinas de un antiguo monasterio. Unos pasos atrás quedaba el río. Aún el sol bañaba sus retorcidos y casi resbaladizos rayos.

El camino hacia casa fue más fresco. Era casi de noche y sobre la carretera asfaltada un murmullo de Ave-Marías subía al cielo ante el trono de la Madre.

He escogido muy especialmente este día porque también refleja el primer intento de decir algo distinto a lo que hasta ahora expresábamos en nuestros inocentes escritos.

……………………….

……………………….

Pero… debemos seguir con la entrega de deseos.

-En el mes de marzo Herminio sigue insistiendo en darnos a conocer todo lo que ocurre en su Cepeda natal, hasta nos explica los Oficios de Tinieblas. Todo ello muy interesante, pero que se repite. Podemos decir que la Semana Santa es casi igual en cada pueblo y sólo cambian pequeñas variantes.

-Lo mismo que Elio en su atinada descripción de sus primeras vivencias en Las Ermitas 1959-1961. Atinada su inclusión en la fecha idónea, pero… creo que deberás perder tú, igual que yo, también la inocencia.

Todo eso es admirable, pero hay que seguir adelante con algo más. Ya queremos conocer opiniones nuevas. Queremos saber lo que se respira hoy por los poros de cada uno de nosotros. Queremos ver la actualidad desde los pensamientos de cada uno de nosotros. Leerlo, opinar y contraopinar sin que aparezca la sangre. Mantener vivo el espíritu con debates y pensamientos que hagan desaparecer de nuestro cerebro el principio del mal de alzheimer.

Eso no quiere decir que de vez en cuando puedan aparecer joyitas como la de “las peras al cuarto” que indico al principio de mi carta.

-Y después de cartas y más cartas intentando verle la cara al genio cascarrabias sin solución alguna nos aparece nuestro buen amigo Ángel Pérez, dejándose manipular por Herminio en sus “Perembranzas”. Bendita manipulación, amigo Herminio, que, al menos, nos deja entrever algo de Ángel, que habíamos pedido en la anterior aparición. Nuestro primer deseo, que creo se va a cumplir, será que Ángel escriba por su cuenta. Los que hayáis leído el resumen de su pregón podréis observar que puede que merezca la pena conocer de su propio puño y letra sus ideas y sus propios pensamientos expresados por él mismo sin filtro de ningún otro pensamiento. (Ah! - Me gustaría mucho poder leer el pregón entero, quizás sólo por lo de platero…. etc…).

Lo del sabueso es muy bueno: Pregunta 12…. “las reuniones”... No le busques tres pies al gato, Angelín. Yo sólo conozco una reunión en Astorga con D. Gregorio (q.e.p.d.) y la expresión en plural no es más que una licencia literaria. No busques por ese lado.

También es mi deber dejar muy claro que el autor no está situado por encima de nadie ni de nada. Tampoco intenta dar consejos a nadie de cómo se han de hacer las cosas: expresa su opinión tal como la siente al leer los distintos trabajos. Mi mayor placer sería poder reunir en mis colaboraciones “cascarrabieras”: la capacidad de trabajo de Herminio; la sinceridad de Elio; la precisión en su extensión de Almanza; la naturalidad en la expresión de Diéguez; la dulzura lírica de Villalibre (que dice Ángel); la gracia de Alfayate; la seriedad académica de Victor; la parsimonia de Ángel (San Martín), añadiendo ¡cómo no!, el humor de Belarmino y la maravillosa ironía en la expresión de nuestro “satirizador” J.J. Feliz. Incluir, así mismo, la exquisitez de Pedro M. y la gran fluidez de Fernández Barrio, sin menospreciar la capacidad de reflexión de M. Pérez Mayo y ¡qué felicidad! el gran almacén cultural de nuestro querido Profesor D. Gregorio a quien Dios bendiga por siempre por habernos enseñado a pensar.

Por eso, Ángel, la pregunta 26 es buenísima. Yo nunca, sin tu ayuda, hubiera calificado de esa forma a los nombrados. De verdad, Ángel, eso es un enorme acierto. Sólo la redacción de esa pregunta era más que suficiente para poner la máxima nota al escrito. Mi admiración por ello.

Con respecto a las goteras, muy posiblemente tengas razón. ¿Quién no tiene esas goteras a nuestra edad? Las mías también existen y la calva no es una de ellas, a pesar de que… casi… casi.

-También Belarmino nos ha añadido otra pincelada, pero esta vez no era lo que esperábamos y, sin bien tiene su cosa, no obstante nos gustaría que se prodigase un poco más, pues nuestra revista sin su pimienta no sería lo mismo.

-No puedo decir ninguna otra cosa más que ¡¡bien por J.J. Feliz¡¡ en su carta a quien tan pronto nos ha dejado, nuestro querido profesor D. Gregorio.  

Ahora, J.J., debes seguir también un poco más de tiempo con nosotros, que el mundo por ello no se va a parar.

-Por fin Pedro Martínez nos ha deleitado con su exquisito escrito. Ha sido, como no podía ser de otra forma, en una dedicación al PROFESOR. Ha sido como lo esperaba, pero también habrá más cosas. ¿O noooooo…? Está en tus manos. Yo creo que habrá que mantenerse vivo.

-Y qué decir de Fernández Barrio¡¡ Ha sido un nuevo empujón. Más que la parábola del hijo pródigo, pues en este caso el hijo no era pródigo y por ello tiene aún más mérito. Creo que la revista ha encontrado un nuevo colaborador que nos va a dar enormes alegrías y admiraciones cuando vayamos leyendo sus escritos y versos. ¡¡Ánimo, y aquí estamos aunque sea en la sombra¡¡.

-De Víctor no voy a hablar pues es de todos conocida su gran actividad poética y escritora. Sé que sigue escribiendo y que de vez en cuando va a manifestarnos su inquietud. Pero, Víctor, como gran admirador tuyo, me voy a poner serio: ¡cambia el rollo y a escribir! ¡A escribir en serio! Como te aconsejaba Elio “no puedes permitirte el lujo de perder tu eje interior”. Lo que he leído tuyo invita a algo nuevo, serio o triste me da igual, pero algo nuevo y bello.

Y para finalizar las peroratas, ahí va el segundo deseo - estoy seguro de que se cumplirá y, si no se cumple, me dejará muy mal-: Luis Diéguez tiene que seguir escribiendo. Lo hace como el mejor o “más mejor que el mejor” y no podemos permitirnos el lujo de no disfrutar con ello.

El tercer deseo es para Manolo. Creo que ahora, teniendo un poco más de tiempo, también debes de dedicarlo a los tuyos que esperamos seguir siendo nosotros.

 

El cascarrabias seguirá apareciendo siempre que se le necesite y siempre que se solicite por escrito y ante notario su aparición.

Desvelar su identidad sería un cuarto deseo y los genios (que yo sepa) sólo conceden tres.

Otro abrazo para todos por todo lo que enseñáis de vuestro interior

 

 Perdón¡¡¡¡¡¡ Perdón¡¡¡¡. Un añadido:

No creáis que me he olvidado del PROFESOR. Eso no podría ser por más cascarrabias que sea. Para él, que ni “era poeta ni se dedicaba a la poesía, pero que componía versos de vez en cuando”, van mis mejores ideas poéticas, por supuesto copiadas y retocadas:

Les enseñaste  a volar

mas no volarán tu vuelo.

Les enseñaste a soñar

mas no soñarán tu sueño.

Les enseñaste a vivir

y no vivirán tu vida;

pero en verdad sabrás

que cada vez que ellos

vuelen, piensen, sueñen, canten, vivan

lo sencillo del camino estará

enseñado y aprendido.

 

¡D. Gregorio, profesor, D.E.P.!

 

 

 


4.5.- Aguinaldo del Cascarrabias

 

No me considero el más madrugador del mundo. Es cierto que procuro cada mañana resucitar al nuevo día lo antes posible para aprovecharlo desde la primera hora, porque también es la más fresca de todas.

Cada mañana me hago el propósito de ayudar a tanto indigente tumbado en las aceras al amparo de tiendas, panaderías, bares y esquinas de la mayoría de nuestras ciudades de España.

Hasta he intentado asignar una cantidad diaria (cinco euros) como tope máximo, destinado a tanta necesidad económica que puedo detectar. También de cariño y amor, pero sin las necesidades primarias cubiertas, ambos son bastante complicados.

Ayer, día 21 de Diciembre, me impactó una curiosa situación: Una madre y sus tres niñas, ambas con edades entre los cuatro y los ocho años, repartían ramilletes de enebro típicos de estas fiestas, con sus bayas blancas, ramitas de pino y la campanita colgando. Usaban para el transporte el carrito de la compra de un conocido centro comercial y tan sólo pedían la voluntad ¡admírense vdes! para poder comprarle unas botas a las chiquillas.

Tener unas botas nuevas por Navidad era el sueño de aquellas tres chiquillas.

¿Cómo puedes negarte a ello si además te cantan al mismo tiempo una canción de Navidad con panderetas recordándote lo que tú hacías de pequeño en tu pueblo recorriendo las calles para cantar a los vecinos y meter a la cesta cualquier obsequio que tenían a bien regalarte? ¡Qué tiempos aquellos!

Les compré tres ramitos, les di diez euros y un billete de lotería de Navidad que hoy he podido comprobar ha sido premiado con 100,00 Euros.

Por eso me encuentro más feliz. Pienso que esas niñas podrán tener sus botas para Navidad, tanto si han vendido todos los ramitos como si no. 

 


Hoy también he salido a pasear y el espectáculo no difiere en nada del de ayer. Sigue en la misma esquina, acuclillada a las puertas del Eroski, la chica negrita con cara de hambre; el mismo chico negro, grande como una montaña, que cada vez que pasas a su lado te repite como un magnetófono: “Hola, señor, quierocomer tengohambre deme algo”. Si pasas cien veces a su lado, siempre te repite lo mismo. Pienso que no ve a nadie, tan sólo siente necesidad.

Nunca he conseguido animar a mi espíritu para darle ni una sola moneda, como tampoco a la negrita.

A la puerta de la Iglesia, un poco más arriba, están las dos abuelas de siempre. Tienen el sitio fijo y nadie puede sentarse allí, salvo ellas. Cualquier otro sería mirado con mala cara. ¿Tienen la exclusiva religiosa? Lo dudo, pero las cosas son así.

Tampoco nunca han sido objeto por mi parte de limosna alguna.

Y es que los humanos nos regimos por unos sentimientos muy semejantes, que afloran en momentos especiales y, en cambio, nos resbalan en otras ocasiones similares, dejándonos completamente fríos. 

En estas ocasiones me siento como el Cascarrabias, o tal vez me siento el Cascarrabias. Tal vez sea porque yo soy el Cascarrabias. Pero no soy el único. Ya lo dice muy bien J.J. Feliz: “cualquiera de nosotros puede ser un cascarrabias en cualquier momento”.

Desde la ciudad en que vivo, que no es en la que yo nací, para todos los de la cosecha del 59, comprendidos desde la “a” a la “z”, y desde la “α” a la “ώ”: Las más mayúsculas Felicidades para esta Navidad y el más gratificante Fin de Año y comienzo de uno Nuevo, ya muy próximo y que os deseo a todos como el más duradero en el tiempo.

 

Firmado:

Nescio Quis Sim

 

El auténtico, aunque no único, Cascarrabias.

 

23 de diciembre de 2014




 


4.6.- Telemarañas va a seguir.

Carta del editor.  


  

 ¡Vuela, memoria, con alas doradas...

 

...Arpa de oro de fatídicos vates,

¿porqué cuelgas muda del sauce?

Reaviva en el corazón los recuerdos,

háblamos del tiempo que fue!

Va, pensiero, sull'ali dorate...

 

...Arpa d'or dei fatidici vati,

perché muta dal salice pendi? 

Le memorie nel petto riaccendi,

ci favella del tempo che fu!'

Coro de esclavos (Nabucco – Verdi)

Queridos amigos de la quinta del 59,

 

Las preguntas que últimamente me habéis venido formulando de palabra y por escrito me obligan hoy, cuando ya esta revistilla ha cumplido tres años de vida, a rendiros cuentas sobre su vitalidad, algo que también podríais hacer cualquiera de los colaboradores con mayor imparcialidad que yo.

A nuestra edad, cuando todos nosotros rondamos ya los setenta otoños y hemos vivido la resolución de algunas grandes certezas en pobres desengaños y de algún brillante proyecto en triste frustración, será conveniente que me limite a hacer un pequeño balance de resultados y a adelantar algo de los presupuestos de futuro, presupuestos que en verdad se basan más en puro deseo e ilusión que en efectivo contante y sonante.

 

Balance de resultados de Telemarañas:

  • Contador de visitas (lecturas): 6065. En realidad son más, ya que no son contabilizadas las visitas repetidas del mismo usuario durante la misma sesión. Estas 6065 son las que deben contar para nuestro balance.

  • Número de visitantes (lectores): ±20. En nuestra página web no exigimos a los lectores que acrediten su personalidad, aunque podríamos hacerlo. Hemos optado por la modalidad de “puertas abiertas, sin portero”. Por tanto, tenemos que deducir la personalidad de los lectores a partir de los mensajes y comentarios recibidos. De ellos sacamos la conclusión de que los visitantes habituales son solamente algunos de nuestros compañeros de “la quinta del 59”, no muchos más de veinte, que repiten una, dos, tres, cuatro… visitas cada mes:

12meses X 3años = 36meses;

36meses X 4visitas al mes = 144visitas de cada visitante habitual;

144visitas X 20visitantes habituales = 2880 visitas.

¿Quién ha hecho entonces las demás, hasta las 6065 visitas? Si bien hay compañeros que son más asiduos en sus visitas, otros lo son menos, por lo que se compensan las frecuencias. De esta suposición deducimos que la mitad de las visitas son de otro perfil de visitante: familiares y amigos de los colaboradores, antiguos alumnos de otras promociones y algún que otro visitante que encuentra la página por casualidad.

  • Total de colaboraciones: 144 páginas de las antologías.

  • Total de colaboradores: 18 (antologías).

  • Otros contenidos: 68.

  • Nivel de calidad de los contenidos. Dicen las opiniones externas -las nuestras serían escasamente objetivas- que el nivel de calidad de sus contenidos llega a ser: aceptable, alto, notable, sorprendente, etc.

  • Cumplimiento de los objetivos anunciados en la portada: Se consideran cumplidos hasta un nivel aceptable. Ha aumentado y enriquecido nuestras comunicaciones y ha restablecido contactos que se habían perdido. También ha fomentado otros tipos de comunicación (llamadas de teléfono, visitas, etc.).

Valoraciones:

  • Positivas:

    • La mía: Podría afirmar con rotundidad política que “Telemarañas va bien”; pero quizás me traicionarían las dudas, porque ciertamente no sé si va bien o no va bien. Si la bondad de una fiesta depende de cómo nos ha ido en ella, yo tengo que reconocer que me lo he pasado muy bien y me lo sigo pasando muy bien; más aun: me apetece seguir pasándolo bien en esta fiesta. Aunque, a veces, me broten los desánimos, viene siendo el “goce más ameno de mis fuelgas actuales”.

    • Las de varios de vosotros: Los colaboradores y los lectores declarados me habéis asegurado, supongo que sinceramente, que también os divierte y os entretiene. Algunos decís que mucho. Mas en este punto conviene tener claro que, recontados y sumados los lectores habituales y los colaboradores, creo que no pasamos de veinte. No somos muchos, ¿verdad? En cualquier caso somos suficientes.

  • Indiferentes: el resto de los destinatarios de la revista, otros ochenta antiguos alumnos de “la quinta del 59”, ejercen el papel de “mayoría absoluta y silenciosa” y no dicen “ni fu ni fa”, como deben hacer los silenciosos sinceros. Eso daría pie a entender que para ellos no vale la pena, que no sirve para mucho o que rotundamente no sirve para nada.

  • Negativas: algunos de los destinatarios, los más desconectados y reacios a la conexión, opinan -sólo después de preguntarles, ya que, si no les preguntas, no opinan- que puede llegar a resultar molesta tanta insistencia en “repasar páginas ya pasadas”. Esta opinión sí es preocupante: eso de molestar no está bien, ¡nada bien! También opinan que sobra peloteo y llantinas de viejos, que algunos contenidos apestan a incienso y agua bendita, que faltan denuncias de injusticias, que no deberíamos recrearnos en los recuerdos de nuestros fallecidos, etc. Sí que ha habido algunos reproches. Habrá que tenerlos en cuenta.

 

Presupuestos. ¿Tiene futuro Telemarañas? ¿Va a seguir existiendo?

Pues tampoco esto lo sé de forma cierta. No me atrevo a contestar de forma rotunda y segura, por lo que me limitaré a contestar por partes esas preguntas que muchos me habéis hecho: “¿a qué se han debido los tres meses de parón de Telemarañas?”, “¿va a seguir actualizándose en el futuro?:

  • El parón denunciado (desde el 9/1/16 hasta el 27/3/16), que no ha sido el primero, puesto que ya había habido otros antes, fue debido a falta de tiempo por mi parte para atender las demandas de los colaboradores más asiduos. Tuve que priorizar los deberes familiares, que me redujeron drásticamente los tiempos de ocio.
  • Para el futuro inmediato, por la parte que me toca en la edición, ya que nadie parece dispuesto a sustituirme o colaborar en esta tarea, tengo intención de seguir dedicándole una parte de mis tiempos de ocio, porque todavía me quedan ganas de hacerlo. Es cierto que no puedo garantizar una disponibilidad continua y permanente ni asegurar hasta cuándo podré disponer de esa disponibilidad parcial. Serán los intervalos de mis deberes prioritarios.
  • Por lo que respecta a la llegada de aportaciones de los colaboradores, podemos constatar una doble impresión:
    • Por un lado, parecería que las colaboraciones se van espaciando, reduciendo, ¿extinguiendo? Algunos apreciados colaboradores me han llegado a declarar cosas tales como: “que esos temas ya están manidos”, “que esos temas no interesan a nadie”, “que ya está todo dicho y repetido, no queda nada original que contar”. ¡Qué extraño!, porque yo tengo una lista casi infinita de temas pendientes.
    • Por otro lado, resulta que las últimas aportaciones demuestran que dentro de los baúles que guardáis en vuestros desvanes aparecen nuestros mejores tesoros. ¡Qué sorpresas hemos tenido recientemente!: el diario de José Benito (“arqueología en estado puro” dice PedroM, “nuestra joya más pura” digo yo), cuadernos, calendarios, manuales, fotografías y objetos varios de JoséBenito, FBarrio, VíctorR, IAlmanzaR, AgustínA… Me pregunto cuántos tesoros que no os habéis animado todavía a compartir guardaréis en otros baúles. Seguiremos esperando todos a que lo hagáis; porque es una herencia que ninguno de vuestros deudos podrá apreciar tanto como nosotros.

¿Porqué debe seguir existiendo Telemarañas? 

Porque se creó como un compromiso para agradecer la oportunidad que hemos tenido de superar un destino que se anunciaba poco prometedor en la mayoría de nuestros inicios vitales. ¿A quién queremos manifestar este agradecimiento?: a nuestras familias, a la institución, a los profesores y superiores, a los compañeros y amigos que todavía nos reciben con los brazos abiertos. ¡Eso es muy grato, verdad que sí?

Si al cumplir los 70 tenemos un bienestar, un bienvivir, un buenpasar, será porque lo tenemos merecido, sin duda, pero también por alguna ayudita de la familia, de nuestra primera alma mater, de algunas personas… Si, además, conservamos viejos amigos de la adolescencia y juventud, no debemos sentir timidez a la hora de mostrarles afecto. ¡Cuántos coetáneos nuestros nos envidiarán aunque sea sólo por eso!

Para esto se creó Telemarañas: Para manifestar públicamente y de forma notoria este agradecimiento. ¿Que huele algo a incienso algunas veces?... ¡Siempre que no apeste!

 


Conclusiones:

Hasta aquí la valoración que había prometido. Ahora os toca a cada uno, según vuestro propio criterio, hacer la vuestra y aplicar en consecuencia una de las siguientes actuaciones alternativas:

  • Para corregir defectos: Advertirnos de cualquier contenido que os pueda resultar molesto o indebido para que lo modifiquemos o lo hagamos desaparecer de inmediato.
  • Para que siga viviendo nuestra revista: Visitar la página con la frecuencia que os apetezca y compartir en ella lo que juzguéis interesante para los demás.
  • Para que desaparezca: Dejar de enviar colaboraciones y dejar de visitar la página. Telemarañas se disipará como una nubecilla de verano cuando no tenga un mínimo de colaboraciones ni de visitas. Quedará silenciada como el arpa colgada de las ramas del sauce.

 

19 de Junio de 2016

Herminio.

 

P.S.: Os anuncio para dentro de pocos días mi siguiente comunicado sobre colaboraciones pendientes y la convocatoria de alguna corribanda para este verano.


 


4.8.- Turno por alusiones y reactivación de Telemarañas.


 

Iniciaba el otro día José Benito la presentación para nuestro chat de grupo de su diario de los Cursillos en Villafranca con el siguiente párrafo: 

…Comenzaba el mes de febrero… y el editor de Telemarañas quería material para insertar, preferentemente sobre “cosas nuestras”. Se me ocurrió remitirle este documento para que lo publicara. Y lo que él decidió fue clausurar la revista…

Así dicho, suena a reproche. Sin embargo yo sé que no es tal y que a JB y a mí nos une algo más seguro y duradero que el mero compañerismo. Él también sabe que, antes de "clausurar" Telemarañas, lo consulté y comenté, entre otros muchos, con él mismo.

Aclarando, pues: Los motivos que me impulsaron a silenciar Telemarañas fueron graves y bastantes, al menos desde mi punto de vista, y son de sobra conocidos por todos los colaboradores. Hubo desánimo y frustración por unas noticias que nos afectaron mucho a todos (¡a mí, desde luego!), pero el motivo más decisivo fue la comprobación de que nuestras informaciones, opiniones y datos eran extraídos de la revista para acumularlos a una masa heterogénea de “justificaciones” para atacar de forma generalizada a la enseñanza religiosa y a la educación que se nos había impartido en el seminario. Tal intento contravenía radicalmente los objetivos declarados de nuestra revista y, en concreto, mis razones para publicarla, no en vano yo me siento muy satisfecho y agradecido por el trato recibido en el seminario durante 7 años de los superiores, los profesores y los compañeros, todos ellos inscritos desde entonces en mi panteón de eternos acreedores y amigos.

Estando todos de acuerdo en que no son admisibles ni disculpables ningún abuso ni maltrato que haya podido cometer algún antiguo superior, optamos por el silencio para no disculpar ni defender tal conducta individual y también para evitar que fuera considerada una conducta habitual o colectiva.

La decisión no me planteó ninguna duda y ninguno de los colaboradores consultados se opuso firmemente a ella.

El efecto posterior de este parón refrendó la decisión. De hecho tengo indicios de que ese silencio nuestro ha desfavorecido aquel intento. Así lo espero y me complace sentir que hemos dificultado que tal munición fuera cargada desde nuestras páginas.

No obstante, ese riesgo sigue ahí, pendiente sobre Telemarañas, por lo que aplicaré sistemas para proteger la información contra accesos indeseados y los controlaré en todo lo que me sea posible.

 

El anuncio: Pero ahora, y en los próximos días de forma inminente, vuelve la ocasión

… de traer a la memoria

el gran acontecimiento

que da esperanza y aliento

año a año a nuestra historia.

¡Para Dios sea la gloria,

para los hombres la paz!…

Así que os anuncio desde mi huerto otoñal, huerto que comparto estos días con mirlos y pardales arrecidos, que, antes de que “vuele la vida en pavesa”, acabo de soplar sobre las ascuas para reavivar, aunque sea fugazmente, nuestra revista, Telemarañas.

Mi entusiasmo no es muy grande, sigo más bien desanimado. Así que no esperéis ver grandes cosas.

Ésta de hoy es mi primera falispa de esta nueva temporada, temporada que me conformo con que dure, al menos, hasta el día de Reyes.

Tengo la esperanza de recibir alguna nueva colaboración vuestra, algún chispazo de vuestro ingenio. ¡Ojalá vuestras falispas, que se verán a la vez como pavesas fugaces remontando hacia el espacio y como copos revoltosos desprendidos de la nevisca, acumulen una nevada luminosa, tan copiosa que las crestas de los gallos alcancen a rozar las nubes!

Pero quiero dejar claro que no me gustaría incordiaros para que enviéis colaboraciones. Si ha de llegar alguna, que surja y venga por su propia necesidad de salir a la luz, no forzada por mi tontería de liarnos, a vosotros y a mí mismo, en faenas innecesarias y sin provecho.

 


 

Y resulta que... va y sucede que..., mientras yo me solazo con la vulgar compañía de los pardales y mirlos de mi huerto, nuestro ínclito José Benito recibe la sorprendente visita de un ser fantástico. ¿Por qué él?

MOscardón

¿Moscardón? que José Benito dice haber capturado en su jardín


Por eso yo oso (¡ja! y ¡ja!), oso yo por eso pedir a José Benito, en ejercicio de mi turno por alusiones, que se ponga a trabajar, ¡a trabajar!, uniendo esta vez a su ingenio y talento el esfuerzo y la constancia; que se aplique a su propia ascua para producir un chispazo brillante.

Nos podría descubrir, por ejemplo, qué pasó de verdad durante la visita de ese "sin par moscardón" a su jardín, qué ser real se ocultaba bajo ese disfraz volador, qué mensaje le traía, qué augurios le vino a pronosticar; porque no me parece a mí que acudiera a libar, sin más, los néctares Valdorneses. Y debo advertirle que no me extrañaría que ese mensajero se haya ofendido por ser calificado de “moscardón”; porque yo lo veo más bien con aspecto de gran polilla, una polilla de categoría, tal vez mágica, aunque mariposa al fin, que no estaba prestando atención a su trompa libadora ni al regusto del néctar, mientras que JB intentaba dibujarla con trazos de luz. Si no dais crédito a esta conjetura mía, observad atentamente la mirada de reojo que le lanza el insecto. ¿Eh?

Cierra, pues, los ojos, JB; sintoniza el Vuelo Del Moscardón de nuestro amigo Rimsky; entérate del remedio que el Ave-Cisne mágico le da al Zar-Príncipe Gvidón para que pueda transformarse en un ser volador fantástico y encontrar así a su padre; sírvete de tus alas doradas y cuéntanos luego tu experiencia.

Hazlo sólo si te apetece, por supuesto, no lo hagas a la fuerza.

 


Tu chispazo podría ser, J. B., un reportaje más completo, un vídeo incluso, precedido, a modo de presentación, de una síntesis lírica de las emociones que viviste en el momento de vuestro encuentro. Recuerda que hace muchos años, según tu propia declaración reciente,

"…Aprendiste a cerrar los ojos, a inmaterializar el cuerpo, a volar por un espacio nuevo. Mezclabas sensaciones, imaginación y emociones; añadías la luz, el color, los olores; ponías mucha fantasía y llegaste a saber que las mariposas no sólo vuelan, sino que armoniosamente azotan la cadenciosa brisa de la mortecina tarde. Y tú podías volar con ellas, descubriendo una nueva forma de ser, una nueva manera de estar; y flotabas, dejando que tu espíritu se mezclara con un mundo nuevo, que tu alma se fundiera con la misma realidad, pero vista con ojos diferentes. Luego abrías los ojos y, aturdido, te planteabas si lo vivido había sido realidad o solamente un sueño. Las sensaciones habían sido tan agradables y acariciadoras que ya comenzabas a contar el tiempo que faltaba para una nueva experiencia." 

 

¡Pues eso, ya osé!

Yo, mientras tanto, me aplicaré al diamante en bruto de tu diario de Villafranca para incorporarlo a tu antología en Telemarañas.

¿Hay trato?

 

Guadarrama, 30 de noviembre de 2017