B.F.E.- Ni caso
Al verle en fotografía,
sentimientos encontrados
se disputan a porfía
halagos y desagrados.
En nuestros prolegómenos
se convirtió en mi mentor.
Pareciera mi padre tutor
a quien echaba de menos.
Él descubrió un gallito
en la testa del pollito.
De natural era un rizo,
cual caracol huidizo.
Alma Mater del rebaño,
pastor con mano diestra,
enseñaba lengua ancestra
como si fuera de hogaño.
En latín macarrónico,
aunque resulte anacrónico,
aquel “ discurrit qui rapiat”
retaría al mismo Goliat.
Mas no me llamo a engaño,
por más que pienso y regaño,
él se entregó con empeño
a insuflar luces al leño.
Su inconfundible silueta
encontré en la Puerta del Sol.
No fue una visión inquieta,
sino una puesta del sol.
Abrigo cierta esperanza
de poder darle un abrazo
a quien me llevó del brazo
como el fiel de la balanza.
VíctorR.
14 de junio de 2013